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LAS QUEMADURAS SOLARES

TRATAMIENTO:


Empieza por tratar la piel con agua fría.
Aplica luego un producto pos-solar, preferentemente en forma de gel, debido a la sensación de frescor que transmite.
Si aparecieran ampollas, en ningún caso las pinches o revientes.
Limpia con un antiséptico para evitar cualquier infección.



* Las rodajas de tomate fresco, aplicadas a la zona dañada, calman el dolor de las quemaduras producidas por el

   sol.
* Las aplicaciones de una bolsita de té humedecida sobre las quemaduras del sol le aliviarán cantidad.
* La administración de aspirina puede reducir, en forma significante, la intensidad de la reacción inflamatoria, pero

   no el daño de la piel.
* El vinagre, como referían nuestras abuelitas, puede ser útil para refrescar la piel.
* También podemos utilizar fomentos de sábila, de manzanilla y hasta de agua de arroz.
* Para la cara se recomiendan igualmente fomentos de leche fría.

Si has estado demasiado tiempo expuesto al sol y te has quemado, disuelve 200 gr. de bicarbonato en un barreño con agua y sumerge en la solución la zona afectada.

Si se trata de una quemadura severa se requiere hospitalización.



PREVENCION
   Un medio sencillo de prevenir las quemaduras del sol consiste en humedecer las zonas descubiertas del cuerpo

   con una solución formada por un litro de agua y cucharada y media de bicarbonato.
 

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En la montaña, la cantidad de rayos ultravioletas B responsables de las quemaduras solares, aumenta un 3% cada 400 metros de ascensión y un 20% cada 1.500. Además, la pureza del aire facilita su penetración.

Es precisamente en la montaña donde la reflexión de los rayos ultravioletas es mayor: en la playa, sobre el agua, la reflexión es de un 10%; en la montaña, sobre la nieve, de un 80%.

Por si fuera poco, el frío y el aire seco reducen la protección natural de la piel, y ésta, deshidratada, puede oponer menos resistencia a la penetración de los rayos ultravioletas.
Incluso aquellas personas que se broncean habitualmente con facilidad y sin problema, deben redoblar la vigilancia en la montaña.

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